LOS SAHARAUIS, NO BESAMOS MANOS, NI HACEMOS CULTO A LA PERSONALIDAD.

miércoles, septiembre 11, 2013

Fosas comunes en el Sáhara perpetradas por del ejército marroqui

Un equipo de investigación y forense formado por la Sociedad Aranzadi, el Instituto Hegoa y la UPV-EHU, con la ayuda de Euskal Fondoa, el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa han localizado dos fosas comunes en el Sáhara e identificado, mediante análisis de ADN, los restos de ocho saharauis, dos de ellos menores de edad. El Informe Meheris revela que las víctimas fueron ejecutadas por arma de fuego el 12 de febrero de 1976 por miembros del ejército marroquí.
En las fosas, situadas a escasos kilómetros del muro construido por Marruecos, se han hallado dos documentos de identidad españoles que correspondían a: Mohamed Abdalahe Ramdan (DNI A-4131099) y de Mulud Mohamed Lamin (DNI A-4520032). Otro esqueleto conservaba una cartera plastificada con membrete español a nombre de Salama Mohamed Ali Sidahmed. Junto a los huesos, el antropólogo forense Francisco Etxeberria, que dirigió la investigación con el psicólogo Carlos Martín Beristáin, encontró vainas de proyectiles de fusil. De igual modo se ha comprobado que los cráneos de las víctimas presentan perforaciones de balas. 
El equipo se desplazó a la zona de Fadret Leguiaa, en la región de Smara, para comprobar si, tal y como indicaba la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA), allí había restos humanos de víctimas saharauis. Además, el equipo de investigación tuvo conocimientos de la existencia de un testigo de las ejecuciones (Aba Alid Said Daf), que tenía 13 años cuando se produjeron los hechos.
Según Aba Ali Said Daf, el 12 de febrero de 1976 fuerzas militares marroquíes desplegadas en la zona de Amgala detuvieron a varios beduinos. Este fue detenido, a pesar de ser menor de edad, con otros dos vecinos y conocidos: Mohamed Abdalahe Ramdan y Mulud Mohamed Lamin.
Relata Aba Ali Said Daf: “Hacia las ocho de la tarde vino uno [militar marroquí] en un coche jeep. Llamó a Mohamed Mulud primero. Le preguntó: ‘¿Dónde están los Polisario?’. La segunda pregunta que le hace es: ‘Dame tu carné de identidad’. Mohamed Mulud negó tener conocimiento del Polisario. Acto seguido le disparó [el militar marroquí] directamente, en pleno corazón. Luego llamó a Abdelahe Ramdan y le hizo la misma pregunta que a Mulud, disparándole de la misma manera. El hombre que les disparó tenía pistola, pero cogió un fusil para hacerlo”. Igualmente fue testigo de la detención de Bachir Salma Daf, otra de las víctimas halladas en la fosa, de solo 14 años. Aba Ali Said Dad declaró que escuchó la voz del padre del chico, Salma Daf Salec Bachir, suplicando que no lo mataran. Ambos fueron ejecutados.
Ese día también fueron detenidos Sidi Salec, menor de edad, Sidahmed Segri Yumani, Salma Mohamed Sidahmed y Salama Mohamed Ali Sidahmed. Sus familiares no volvieron a saber de ellos.
El Consejo Consultivo de Derechos Humanos marroquí publicó un informe en el que reconocía la desaparición de 351 saharauis bajo su responsabilidad. El texto facilitó información sobre el destino que tuvieron 207 víctimas. Precisamente, cuatro de ellas forman parte del grupo hallado ahora en las fosas de Smara. Según el organismo marroquí, esas cuatro víctimas murieron en el cuartel de la ciudad, no da fechas de los fallecimientos y, además, sitúa las detenciones en fechas distintas a cuando en realidad ocurrieron los hechos. Según el informe de la Instancia de Equidad y Reconciliación, Salma Daf Sidi Salec: “Arrestado por el ejército real en junio de 1976 en Smara, fue conducido a una de sus bases, donde falleció”. De su hijo, Salma Daf Salec Bachir, de 14 años, dice lo mismo. De Salama Mohamed Ali Sidahmed, “fallecido durante el secuestro sin fecha exacta”. Mohamed Abdalahe Ramdan, “arrestado el 22/02/1976 en Amgala por el ejército, fue conducido hacia la base militar de Smara, donde falleció, sin fecha exacta”.
Los asesinos enterraron superficialmente a las víctimas. A finales de febrero de 2013 un pastor llamado Abderrahman Abaid Bay encontró unos restos humanos esparcidos sobre la arena en la zona. Cuando el equipo de investigación y forense llegó al lugar, descubrió un hueso fémur derecho semienterrado, afectado por la exposición solar.
Además de los DNI españoles ya señalados, los forenses recuperaron prendas que vestían las víctimas el día de su desaparición y que sus familiares habían descrito a la perfección antes de que se abriera la fosa y se comprobara que tenían razón. Así, Mahmud Salma Daf identificó el jersey azul de su hermano, que tenía 14 años cuando lo mataron, y las cuentas del rosario de su padre.
El equipo de investigación español ha demostrado que dicha información es falsa: tanto las fechas señaladas como los hechos. “Las detenciones ocurrieron el mismo día y los detenidos no fueron trasladados a ningún cuartel, sino que fueron ejecutados inmediatamente en el mismo lugar”, recoge el informe. El análisis genético lo confirma. No hay que olvidar que el reino alauí sostuvo, ante el consejo consultivo de la ONU, que las víctimas fallecieron en un cuartel militar durante su periodo de detención.
El informe del equipo de investigación concluye: “Las implicaciones jurídicas y en términos de derecho internacional de los derechos humanos de este caso son evidentes y muy relevantes. Deberían ser evaluadas por las autoridades saharauis y españolas, dado que se trata de ciudadanos saharauis con DNI español, y por los órganos y mecanismos competentes del sistema de Naciones Unidas de protección de derechos humanos. Asumiendo las autoridades de Marruecos su responsabilidad en el caso”.
No hay que olvidar que la obligación de investigar los delitos de lesa humanidad en el caso saharaui corresponde también al Estado español, al que pertenecen los ciudadanos desaparecidos que habitaban en la provincia española número 53. La comunidad internacional sigue considerando a España como la potencia administradora, ya que no reconoce los acuerdos por los que la dictadura franquista otorgó el territorio a Marruecos y a Mauritania, en noviembre de 1975.