
Al grito de "¡Esta Embajada está ensangrentada!" o "un año después nosotros no olvidamos!", según recoge Efe, los manifestantes han acusado a Rabat de poner fin por la fuerza a la que supuso la mayor protesta de los saharauis desde la salida de España del territorio en 1975.
En el desmantelamiento del campamento y en los posteriores disturbios que tuvieron lugar en la ciudad murieron 12 personas, de las que dos eran civiles saharuis y 10 agentes marroquíes, según las investigaciones llevadas a cabo por la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW).
Algunos han querido ver en el campamento de Gdeim Izik, donde llegaron a instalarse varias decenas de miles de personas, una semilla de protesta que luego se esparció floreciendo en forma de lo que se conoce como Primavera Árabe. Salek Ali.
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